viernes, 11 de marzo de 2005

EN EEESTA ESQUINA, EL SANTO... Y EN EEESTA OTRA... SU HIJO!

En 1952 Jose G. Cruz dio vida a una nueva etapa en la historia del comic mexicano con la aparici?n del primer n?mero de ��Santo, el enmascarado de plata (��un semanario at?mico!)��, trascendente por diversos motivos; presentaba como h?roe a un luchador; el luchador en cuesti?n era rudo; mezclaba a un tiempo el drama de arrabal con aventuras heroicas y la t?cnica, aunque ya antes trabajada por el autor, era innovadora al mezclar dibujo y fotograf?a.

Por m?s de tres d?cadas esta revista recogi? las aventuras del h?roe enmascarado, a?n despu?s que Santo rompiera relaciones con Jos? G. Cruz y este ?ltimo tuviera que recurrir a otro actor para interpretar al protagonista de la serie. Eran esos los tiempos de gloria de la historieta mexicana, hablando en sentido comercial y art?stico, no har? recuento de los t?tulos que dieron gloria a nuestros monos, ya que el asunto central es exclusivamente la revista dedicada a Santo.

La prol?fica mente de G. Cruz dot? a este t?tulo de una cantidad suficiente de elementos para convertirla en objeto de culto; desde el arte, que iba sin miramientos de lo grandioso a lo kitsch de una vi?eta a otra, igual que las aventuras, que un?an en ocasiones con tan s?lo una frase la siguiente misi?n de Santo, quien de esa manera pod?a perfectamente capturar a unos ladrones para acto seguido enfrentarse al mism?simo lucifer y luego de ello ir a detener las felon?as de un macabro payaso en el circo Atayde.

Para elaborar las historias el autor se nutr?a (y a veces de plano fusilaba) de leyendas tradicionales de M?xico, sucesos de la nota roja, mitolog?as diversas y la literatura cl?sica de aventuras, casi inconscientemente lograba elaborar un mosaico surrealista de un M?xico protegido por un justiciero que los lectores pod?an admirar en vivo a trav?s de los combates luch?sticos que sosten?a; de esa manera podemos afirmar que nuestro pa?s es el ?nico que se puede preciar de contar con un superh?roe de carne y hueso; Santo, leyenda del siglo XX que es uno de los iconos m?s representativos de nuestro pa?s.

Pues bien, resulta que ahora el m?s famoso de los herederos de Santo, es decir, El Hijo del Santo, ha comenzado una carrera comercial para benepl?cito de algunos colectores del Enmascarado de Plata y para berrinche de otros seguidores de la leyenda. Tal embate comercial incluye la publicaci?n de una historieta que ya va en su tercer n?mero y es el motivo por el cual comenc? hablando de la revista dedicada a su padre, aqu? si caben las comparaciones, el mismo hijo las motiva.

De entrada, hay una confusi?n con respecto a la revista, ya que en una entrevista reciente Gabriela Obreg?n, manager y esposa del Hijo del Santo declar?: ��No es un c?mic, porque tenemos unos creativos mexicanos maravillosos que est?n comprometidos con este proyecto. La historieta ser? con trazos similares a la realidad porque queremos que se venda en Estados Unidos por los hispanos".

��San Roman Gubern nos asista! ��El esp?ritu de Borola Tacuche se apiade de nosotros! Entonces ya no entend? nada. Digo, la revista est? compuesta por una serie de cuadritos (vi?etas) en los que hay dibujos que desarrollan una acci?n secuenciada, que seg?n mi pobre entender es lo que caracteriza a un comic, pero en fin, la se?ora sabr? su negocio.

Luego, eso del trazo similar a la realidad no es m?s que un eufemismo para se?alar que el equipo de dibujo est? labrado en la m?s pura tradici?n de los ��Sensacional de...��, aunque con un poco m?s de sentido del movimiento humano y la acci?n. De igual manera, aunque el gui?n mantiene por lo general el ritmo, hay momentos en que se aleja de plano de lo coherente (��c?mo que el Hijo del Santo no sabe nada de computaci?n?, ��Qu? dir?a su padre, que en su tiempo dominaba lo m?s avanzado en inform?tica de cartonazo?) y lo fant?stico pasa a ser absurdo. Ya ni que decir de los errores gramaticales y ortogr?ficos.

No es que uno pida obras de arte en cada trazo o guiones a la Alan Moore, pero si es necesario que alguien se de cuenta que la historieta mexicana requiere de mayor calidad, no tanto para exportarse, sino por respeto m?nimo a los lectores nacionales, necesario tambi?n que el Hijo del Santo se de cuenta que la figura que pesa en sus hombros vale para algo m?s que para explotarla comercialmente.

DE REFILoN.

1. ��Y donde estaba el Hijo del Santo que no defendi? las jardineras de la Secretar?a de Cultura? ��D?nde para recomendar que en lugar de llenarlas de cemento se rescataran y volvieran a ser verdes?

2. Hablando de lucha libre, la UASLP est? llevando a cabo un ciclo dedicado a la influencia cultural de este deporte a trav?s de una serie de actividades que incluir?n muestra de cine, concurso de foto y video, teatro y una serie de conferencias en las que ?parad?jicamente- ��no se incluy? un solo experto en la materia!.
De cualquier manera, resulta un esfuerzo muy interesante para dignificar ante los estirados acad?micos la trascendencia del llamado deporte-espect?culo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un comentario acerca de la lucha libre que en este numero mi admiradisimo autor y amigo escribe con finisima pluma, creo que es de suma reelevancia resaltar la importancia de tener calidad en toda manifestacion que de arte luchistico y popular se trate, pero tambien es importante el esfuerzo que muchos potosinos, (por lo menos en mi caso) estamos haciendo para dar realce a las actividades populare que tal vez no siempre se le da su merecido reconocimiento, por eso los invito al ciclo de eventos de la UASLP ya que ahi se mostraran trabajos, que aunque la calidad no es la holiwoodesca que se quisiera (jajaja) se muestra el interes de un grupo de jovenes que no nos resistimos a ver que nuestros heroes de carne y hueso mueran, en tradicion, asi que los invito a que vean los trabajos de la gente de TV-UASLP para que de alguna manera rescatemos la calidad en este tipo de manifestaciones populares, y que mejor formna que apoyandolas!!!! ya que el que no habla dios no lo oye.
Una gran felicitacion a mi carnalito alex un abrazo y gracias.
Manuel Meave