Recién se publicó
el Plan Nacional de Desarrollo para el sexenio en curso y entre las cosas que
me llamaron la atención del hecho se encuentra el que no me haya encontrado con
reflexiones, análisis ni crítica por parte de los medios en la parte
correspondiente a cultura. Bueno, a nada del plan en general, pero esta columna
se refiere a cultura, así que hay que darle una ojeada a esa parte.
El apartado VI.3, México con educación de calidad es el
que en su objetivo 3.3, Ampliar la
cultura como un medio para la formación integral de los ciudadanos, se
refiere al cómo habrá de manejarse la política cultural del Estado durante el
presente sexenio. De entrada no habría manera de ponerle tacha –claro, siempre
quedan ausencias en la redacción de acuerdo a quien la interprete- pero si vale
la pena detenerse a pensar en la forma en que tiene que instrumentarse para que
lo planteado se realice de manera efectiva y no quede en una bonita serie de
buenas intenciones (como pasa regularmente con los PND).
Comento sobre las
cinco estrategias centrales por razones de espacio. La primera: Situar a la cultura entre los servicios
básicos brindados a la población como forma de favorecer la cohesión social,
es al parecer la central dentro de las acciones a emprender por el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Desde el primer momento tras
su (re) nombramiento, Rafael Tovar y de Teresa destacó la importancia que tiene
el articular las actividades culturales como una estrategia de prevención
social, algo que se ha venido manejando en otras partes del mundo desde hace
unos diez años y que en nuestro país ha sido desaprovechado. Será importante el
que esta parte funcione de manera adecuada, ya que está pensada como una de las
líneas para combatir a la incursión de los ciudadanos en la delincuencia
organizada. Para lograrlo dentro de las líneas de acción específicas se plantea
el impulsar a los municipios a participar en la planeación cultural, punto en
el que a menos que se retorne al paternalismo proteccionista se antoja bastante
difícil, en San Luis tenemos un ejemplo claro de dicha complejidad con la red
de casas de cultura municipales, muchas de las cuales no operan debidamente
porque los alcaldes consideran inadecuado destinar recursos a la cultura cuando
su presupuesto es ya de por sí ajustado, amén de lo que malgasten.
El siguiente: Asegurar las condiciones para que la
infraestructura cultural permita disponer de espacios adecuados para la
difusión de la cultura en todo el país, conlleva el enfrentarse a una
problemática añeja, la creación y conservación de espacios y peor aún, se plantea
el reto de gestionar nuevos de carácter multifuncional con énfasis en zonas
rurales y municipios con alta marginación. Esperemos que haya un sentido
contrario al que ha tenido el presupuesto destinado a cultura en los años
recientes, en los que la tendencia fue a decrecerlo. Y entran las preguntas:
¿Quién va a crearlos? ¿Bajo qué criterios? ¿Cómo habrán de distribuirse?
No la tiene fácil Tovar y
de Teresa, habrá que ver lo que en los años fuera del presupuesto ha aprendido
y la forma en que dirige a su equipo.
La tercera
estrategia en materia de cultura del Plan Nacional de Desarrollo, Proteger y preservar el patrimonio cultural
nacional, implica de nueva cuenta la participación de los tres niveles de
gobierno en inversión de su presupuesto, por un lado se encuentra la
implementación de un programa de rehabilitación de los centros históricos y en
el otro el rescate de sitios arqueológicos. La tercera línea va sobre el
“reconocer, valorar, promover y difundir las culturas indígenas”, pero sabemos
que eso es letra obligada –y muerta- en todo texto sobre desarrollo. Lo
interesante va a ser el cómo convencen a los gobiernos de los estados a
participar de estas acciones, máxime si se topan con mandatarios como el
nuestro, que a la menor provocación se tira a lamentar públicamente como es
castigado por la federación para sustentar su inoperancia.
La siguiente es de
lo más interesante: Fomentar el desarrollo
cultural del país a través del apoyo a industrias culturales y vinculando la
inversión en cultura con otras actividades productivas. Esto implica el
incentivo para crear industrias culturales a través de los programas de Micro,
pequeñas y medianas industrias, la parte que se ve factible y positiva, tanto
que un correcto camino a seguir por estas acciones podría devenir en sustitutos
efectivos de instituciones culturales, lo cual sería algo deseable. Otra línea
es el impulsar el desarrollo de la industria cinematográfica nacional con
producciones nacionales y extranjera, habría que ver si incluye el hacerle
frente al verdadero obstáculo del desarrollo de nuestra cinematografía, las
mafias de distribución y exhibición, con las cuales poco han podido hacer las
cámaras alta y baja desde hace años. La idea de fomentar la activación de un
emergente campo económico guiado y conformado por creadores de arte es buena,
aunque habría que ver el trato que recibirían en lo fiscal, recordemos que este
año en San Luis el Gobierno del Estado aprobó un incremento a los impuestos de
honorarios profesionales, lo cual afecta en directo a los artistas, ojalá que
la estrategia contemple también estos puntos.
Finalmente, la
quinta estrategia, Posibilitar el acceso
universal a la cultura mediante el uso de las tecnologías de la información y
la comunicación y del establecimiento de una Agenda Digital de Cultura en el
marco de la Estrategia Digital Nacional, tiene un nombre tan kilométrico
como compleja se ve la posibilidad de su cumplimiento dado el nivel de retraso
tecnológico en que se encuentra el país. Si bien es cierto que el acceso a
estas ha tendido a crecer –y cuenta de ello puede dar el propio presidente,
agobiado por la cruzada negativa en contra de su campaña a través de las redes
sociales- también lo es que no será razonablemente posible hacer de esto algo
generalizado en apenas un sexenio, es la estrategia que se ve más lejana de ser
alcanzada.
Todo plan de
desarrollo, bien lo sabemos, es ante todo un rosario de buenas intenciones y en
algunos casos una tremenda vacilada, pregunten a su funcionario cultural más
cercano acerca de este y como están trabajando en ese sentido para comprobarlo,
se va a divertir, lo aseguro. Si es que no se muere antes del coraje.
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